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Por economía, entendemos la actividad previsora de los hombres dirigida a cubrir sus necesidades materiales; por economía nacional, la forma social de esta actividad. Carl Menge




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martes, 12 de agosto de 2014

¿Es la contabilidad sanitaria suficientemente fiable para emitir una Factura Sanitaria “Sombra”?

Resumen
Las organizaciones sanitarias en momentos de crisis se ven obligadas a reducir costes y, entre otras soluciones, se ha considerado que una forma de reducir el exceso de demanda hospitalaria sería la emisión de facturas sombra para que los usuarios conozcan los precios de los servicios. Esta propuesta tiene un problema en su gestión como es la falta de homogeneidad en los criterios contables de imputación del gasto, además en el análisis se ha detectado una fuente de optimización del gasto a través del proceso logístico.
Abstract
Healthcare organizations in times of crisis are forced to reduce costs and, among other solutions, it was considered that one way to reduce excess demand for hospital would be issuing shadow invoices users in order they know the prices of services. This proposal has a management problem is the lack of uniformity in the accounting allocation of spending; the analysis also detected a source of cost optimization throughout the logistics process.

Palabras clave.- Contabilidad analítica, centros de coste, consumos, logística, Marketplace, catálogo de productos.
Keywords. - Analytical accounting, cost centers, consumption, logistics, marketplace, product catalog.

En los últimos días se está dando un movimiento en la Sanidad Española que consiste en educar a los pacientes sobre el coste sanitario presentando facturas por el coste que ha tenido la atención que se le ha prestado. Lo que en otros sectores económicos constituiría una práctica diaria y con trazabilidad total (Factura de un vehículo, factura de una construcción, etcétera) en Sanidad se convierte en un ejercicio teórico con una gran dificultad para explicar de donde se obtiene cada número, según el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid “La Comunidad de Madrid tiene Contabilidad Analítica, aunque no desarrollada al 100 %”[1], esta afirmación en si nos muestra el grado de fiabilidad de la contabilidad en este sector teniendo en cuenta que no es precisamente un sector de reciente creación.
¿Qué ocurre con los sistemas contables sanitarios? Los hospitales (también los centros de atención primaria), al igual que las demás entidades económicas gestionan sus costes a través de colectores, centros de costes, que en este entorno suelen denominarse GFH (Grupos Funcionales Homogéneos).
La clasificación de los centros de costes o GFH suele ser la siguiente:
GFHs Estructurales: Aquellos que realizan una función de dirección y Administración, y no generan un producto definido y facturable.
GFHs Intermedios: Aquellos que realizan una función logística y asistencial, que tienen un producto definido y medible, y pueden facturar internamente.
GFHs Finales: Aquellos que realizan la actividad principal, es decir, aquellos GFHs realizan la actividad clínica y dan altas.
GFHs Intermedios/ Finales: aquellos que por la naturaleza de la actividad que realizan facturan a otros y dan altas, en este caso se encuentran los GFH de Medicina Intensiva, Urgencias, Diálisis y la Unidad de Hemodinámica.
Los gastos e ingresos son los que generalmente se contemplan en la Contabilidad Financiera de acuerdo con su naturaleza. La complejidad en su gestión está motivada por un uso deficiente de las herramientas de gestión de que disponen y/o por la propia gestión de los mismos.
También hay que indicar que los hospitales públicos consideran la inversión en activos fijos como un gasto corriente y con el tratamiento de la  contabilidad pública, esto implica que, al contrario que los hospitales privados, el gasto del ejercicio no tiene una imputación homogénea por lo que la comparación de costes es bastante complicada toda vez que las altas tecnologías hospitalarias (TAC, RMN, Arcos quirúrgicos, etcétera) tienen unos costes de inversión y por lo tanto amortización muy elevados.
A diferencia del resto de los sectores económicos, el sanitario es un sector que se genera a si mismo la demanda, los facultativos son los que citan las consultas y prescriben las pruebas e intervenciones. Además, las tecnologías tanto diagnósticas como intervencionistas según van evolucionando van encareciendo la cuenta de resultados. Es más, existen muchos otros factores exógenos que intervienen en este encarecimiento por ejemplo dentro de los costes farmacéuticos es conocida la influencia de los laboratorios en los prescriptores.
El problema logístico
Con frecuencia, un componente muy importante del coste, como el consumo de medicamentos y materiales sanitarios, es uno de los que menos se controla pues, al contrario que en otros entornos empresariales, la gestión de los almacenes sanitarios no está centralizada. Por tanto, tiene gran parte de medicamentos descontrolados ya que lo habitual en los hospitales es tener un almacén general y luego múltiples almacenes de planta y / o servicios donde los productos ya se consideran consumidos. Esta consideración significa que en hospitales con edificios de dimensiones elevadas y, por lo tanto, plantas y servicios separados por grandes distancias, los productos están duplicados pues están distribuidos entre las plantas, y el almacén central, sin controlar rotaciones, caducidades, etcétera, dado que lo habitual es no tener informatizados los almacenes periféricos. En un estudio realizado por la consultora A.T. Kearney[2] se consideró que en España de podía conseguir, para el año 2010, un ahorro de mas de 1.000 millones de euros solo con la centralización de las compras. Este ahorro no incluía la informatización ni la creación de plataformas logísticas.
Al no tener informatizados todos los almacenes, cuando en estas plantas y / o servicios se necesita un producto determinado, se genera un pedido al almacén general y si no hay existencias en el mismo, se genera un pedido urgente al proveedor aunque haya existencias de este mismo producto en uno o varios de los restantes servicios. Esto supone un deficiente control de los almacenes con unos costes que se multiplican en sus diferentes niveles; consumos, rotaciones, caducidades, gastos financieros, etcétera.
La solución al problema
La solución es relativamente simple y va en dos direcciones que se complementan:
1.       Definir aquellos productos (Medicamentos y/o material sanitario) que por su importe individual no merecen tratarse individualmente y que, por lo tanto, serán consumos del GFH (Centro de coste) y se pueden cargar como sobrecoste de la hora de enfermería, entre estos productos podemos fijar a agujas, antisépticos (Betadine,…), esparadrapos, etc.
2.       Productos que por su importancia económica o facilidad de gestión se cargan cuando se consumen al paciente.
Como se puede observar no existe una dificultad mayor que la llevar un orden lógico, a la hora de gestionar la captura del consumo de productos pues cualquier aplicación informática de las que ahora están en el mercado es válida. Desde la que soporte un proceso de producción con complicadas órdenes de fabricación hasta cualquier otra aplicación que gestione órdenes de trabajo más simples. Un sistema similar al descrito se ha implantado en el hospital Vall D´Hebron (Barcelona).
Este descontrol individual se agrava al agregar la gestión hospitalaria por Comunidades. Por ejemplo en Madrid., el hecho de no tener gestionada la logística de los hospitales públicos de una manera coordinada hace que se pierdan múltiples posibilidades de ahorros en la gestión de compras, almacenes, etcétera.
¿Cómo capturar e imputar la información de los costes?
Una vez analizado el problema logístico veamos el correspondiente a la captura de la información sobre el consumo de productos farmacéuticos, sanitarios, de mantenimiento. En definitiva todo aquel producto susceptible de ser comprado y que se almacena, aunque solo nos vamos a referir a los productos sanitarios. ¿Quién imputa los costes de los consumos de productos sanitarios? Por lo general, suelen ser las responsables de planta o servicio de enfermería. De nuevo la falta de automatización implica que el consumo se imputa cuando el responsable dispone de tiempo para ello. Esto significa que, por lo general, en el mejor de los casos se hace en el mismo día y, en bastantes casos días después con lo que la fiabilidad de la imputación disminuye.
Por otra parte, y como ya hemos señalado, los costes más importantes son los de personal y, la dificultad de su gestión estriba en varios conceptos:
1.       Personal con adscripción a diferentes GFH. Las divisiones actuales, no suelen ser muy fiables, en especial las referidas a los empleados que cubren los turnos de libranzas. Este tema, afecta principalmente al área de enfermería y a los casos que relacionados con las guardias en el servicio de urgencias pero su profesión habitual se desarrolla en otro servicio.
2.       En los hospitales públicos no suele haber controles físicos del personal, prácticamente nunca en el caso de facultativos, lo que implica un desconocimiento importante del tiempo que se utiliza por tarea. Sin embargo, este tiempo, no sería complejo capturarlo dada la informatización de sistemas. Tampoco, se imputa adecuadamente el tiempo dedicado a formación e investigación.
En el supuesto de que los principales costes (productos sanitarios y personales) se hubieran recolectado fielmente y con criterios contables generalmente aceptados vamos a analizar como se imputan. En función de cómo sea la titularidad del hospital, público o privado, surge la dificultad de delimitar, cual debe ser el objetivo de coste del hospital: ¿Coste por proceso o coste por paciente?, objetivos que no son excluyentes pero que en función de donde se focalice la atención implica una gestión de costes diferentes.
En principio si nos encontramos en un hospital público, el objetivo debería ser el coste por proceso. De esta forma la primera finalidad es la optimización de procesos y la estandarización de los mismos dentro de la red pública. Esta gestión de los procesos tiene una problemática que consiste en que el paciente puede ingresar por un diagnóstico determinado y que según va pasando por un servicio u otro, cambia su diagnóstico principal y, por lo tanto, además de que el proceso no es 100 % homogéneo, no se puede cerrar hasta que el paciente recibe el alta.
No obstante, si gestionamos con costes estándar se puede conseguir un análisis bastante real y lo único que hay que controlar son los periodos de corte, que en este sector es la fecha de alta. Este tipo de contabilización generará mensualmente un paciente en curso (Obra en curso) que es el paciente que por su patología tiene una estancia que supera un periodo de cierre. En cualquier caso al final se obtendrá un coste por diagnóstico principal lo que implica que en función de la complejidad del paciente este puede tener cierta variabilidad, no obstante si se analizan las estadísticas los valores extremos serían fácilmente localizables.
Desde un punto de vista de hospital privado, el objetivo principal es el coste por paciente toda vez que se han de imputar todos los costes en que se incurren pero analizando en un segundo nivel los costes por procesos a fin de optimizar todos los recursos hospitalarios de acuerdo con una estrategia empresarial global. El tema se “complica” en función de cuál será el cliente a facturar pues en la sanidad privada existen los siguientes clientes:
1.       Mutuas y aseguradoras.- Inicialmente el sistema de facturación es de la siguiente forma:
a.       Precio cerrado por estancia, hora de quirófano y urgencias.
b.      Precio por proceso.
En este caso las compañías controlan mucho la facturación, el hospital “intenta controlar el gasto” pero la imputación de costes, como ya se comentó no es muy estricta y se utilizan plantillas de imputación que no suelen estar muy actualizadas.
2.       Clientes privados.- Paga el coste total del proceso. En este caso se le suele imputar por plantillas o “históricos”, si el paciente no ha venido controlado por un facultativo recibirá con toda seguridad mas costes que los realmente consumidos.
3.       Procesos derivados del sector público (Listas de Espera).- Caso similar al de Mutuas y Aseguradoras, la facturación es por proceso a precio cerrado y la imputación de costes es “relativamente” exacta.
De nuevo es importante considerar que quién imputa el coste es el personal de enfermería que no tiene ningún objetivo relacionado con este proceso y que, además, no es responsable de los almacenes de planta y unidades.
Toda esta sistemática de capturar la información no asegura que los costes que figuren en las facturas sean correctos principalmente por:
  1. No existe control del consumo en planta.
  2. No se hacen las imputaciones de forma rigurosa.
  3. No se han implantado aplicaciones informáticas que permitan esta gestión de forma adecuada.

La consecuencia de todas estas observaciones es que cuando un paciente es atendido en un hospital tiene bastantes probabilidades de no recibir una factura correcta. Es más, dentro del sector público, existen diferentes sistemas de costes, de forma oficial y reglada, según la Comunidad Autónoma de que se trate. Estos sistemas de costes son sustancialmente los siguientes:
A) SIGNO (Contabilidad Analítica del Instituto Nacional de la Salud). Este es el sistema de costes que ha sido utilizado hasta fechas recientes en las Comunidades Autónomas que integraban el denominado territorio INSALUD (Madrid, las dos Castillas, Aragón, La Rioja, Murcia).
B) COAN (Sistema de control de gestión hospitalaria del Servicio Andaluz de Salud), que es el sistema utilizado oficialmente en los centros hospitalarios de Andalucía.
C) SCS (Modelo de Contabilidad analítica del Servei Catalá de la Salut), modelo utilizado por los centros hospitalarios de Cataluña.
D) SIE (Sistema de Información Económica para la gestión sanitaria, de la Generalitat Valenciana), que es el sistema utilizado en esta comunidad autónoma de Valencia.
E) Modelo de imputación de costes de OSAKIDETZA (Servicio Vasco de Salud), modelo utilizado en los centros sanitarios del País Vasco.
En los modelos o sistemas de costes citados, se viene desarrollando una metodología de cálculo de costes basada en un proceso secuencial de imputación de los mismos, normalmente en cascada, pasando por las etapas o actuaciones anteriormente citadas en la introducción metodológica, esto es, por una parte, en una clasificación de los costes, por otra, en una localización de ellos en distintos centros de costes o servicios, y finalmente una imputación de los costes a los distintos portadores u objetivos de coste finales.
¿Cuál sería el plan a aplicar para mejorar la gestión logística y la captura de consumos?
  1. Actualización y / o implantación de los módulos logísticos correspondientes en las aplicaciones informáticas ahora existentes: Selene, Hp HIS, SAP,…, para tener una correcta gestión de la captura de datos.
  2. Formar al personal responsable de la captura y establecer manuales y procedimientos de costes para toda la organización, tanto a nivel de hospital como de Comunidad.
  3. Creación de un marketplace sanitario gestionado por las autoridades sanitarias que tenga como objetivos:
·         Estandarización de los productos a comprar.
·         Agregación de compras para mejorar el precio basado en volumen.
·         Transparencia en el mercado.
  1. Elaboración de un catálogo de productos a comprar, lo que sería clave para que funcione la gestión integrada de compras, así como se establecerán los correspondientes procedimientos de compras, codificación y evaluación de proveedores.
  2. Sería necesaria a nivel tecnológico una plataforma de agregación, esto no supondría un coste excesivo ya que los programas que utilizan los centros para gestionar las compras pueden conectarse con la plataforma de una forma relativamente fácil. La implantación debería hacerse, una vez fijado el catálogo, por grupos de productos de mayor importe individual o volumen de compras; generalmente los de mayor volumen son gasas, suturas, etcétera. Respecto a coste individual suelen ser las prótesis.
  3. Unificación de los sistemas de contabilidad a nivel nacional, utilizando las adaptaciones del plan para Entidades Sanitarias y, en aquellas que tengan esa forma jurídica, el Entidades sin ánimo de lucro.
La puesta en marcha de esta operativa logística así como la unificación contable y de gestión permitirá, además de reducir el gasto, el análisis homogéneo de la eficiencia y eficacia de los hospitales españoles, con independencia de que su titularidad sea pública o privada.



Francisco Álvarez






[1] Intervención del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Fernández-Lasquetty, en la Asamblea de Madrid el 19 de septiembre de 2011.
[2] Estudio presentado en el número 64 de la revista “GESTIÓN DE COMPRAS”, de 2009. En la presentación del caso de éxito “Supply chain improvements and savings for the UK National Health Service”.

martes, 14 de febrero de 2012

No está bien gestionado el proceso más importante: la logística

Entrevista realizada por Gabriel Rodríguez Hernández a Francisco Álvarez para la revista "Gestión de Compras"

En un futuro donde la innovación es el sendero que debe seguir el hospital del siglo XXI, son muchos los retos a lo que se enfrenta Compras, empezando por “la función logística, que en Sanidad está muy atrasada”, advierte Francisco Álvarez. De la mano de este acreditado experto en el ámbito sanitario, Gestión de Compras analiza los retos a los desafíos a los que se enfrenta el departamento de Compras.
La crisis actual y los altos niveles de deuda pública en la OCDE han reabierto el debate de la sostenibilidad de nuestros sistemas sanitarios y sobre los pasos necesarios para controlar el gasto sanitario. ¿Hacia dónde caminamos? ¿Cuáles son las claves en la evolución de la sanidad hacia el horizonte 2020? El primer factor a considerar es el objetivo sobre el que va a pivotar la Sanidad y a partir de ahí, si este es mantener el nivel de servicio y cobertura universal, sacarla del debate diario, además es imprescindible fijar su financiación a través de partidas fiscales finalistas y, sobre todo, cambiar su gestión global, especialmente en el ámbito no asistencial.
¿Cree que esta nueva realidad llevará a muchos países a cambiar modos en las prestaciones, probablemente moviendo parte de ellas con base hospitalaria hacia un servicio más personalizado y flexible? La crisis económica lo que va originar es un intento de limitar las prestaciones, ya ocurre en algunos países, intentando penalizar diferentes patologías, especialmente cuando el paciente no tiene hábitos saludables (fumador, bebedor, etc.) y, por otro lado, las nuevas tecnologías disminuirán la asistencia invasiva y la estancia hospitalaria. Probablemente aparecerán o se incrementarán los impuestos que inciden sobre estos hábitos. Asimismo, se empezará a utilizar la receta electrónica para la dispensación de farmacia de una forma más personalizada y la utilización de recursos se hará más intensiva, los Tac / RMN / Ecógrafos se utilizarán en más turnos.
¿Qué supondrá este cambio de sistema? ¿Modos imaginativos que involucren a toda la comunidad, promuevan cambios de comportamiento en proveedores y pacientes en la que personalización, prevención y nuevas tecnologías tendrán un papel clave? Los pacientes deben ir cogiendo conciencia de lo que supone el coste sanitario, y serán más exigentes en la prestación sanitaria. Los proveedores tendrán que integrarse más en el proceso asistencial. Los departamentos de Salud Laboral de las empresas empezarán a cobrar mayor importancia en la prevención.
¿Cómo vislumbra el hospital del futuro? y ¿qué papel debería jugar el departamento de Compras? Hospitales con menos camas, las estancias medias son cada vez menores. La tecnología reduce la cirugía invasiva y mejora el diagnóstico, los pacientes recibirán y generarán mucha información en el hogar, telemedicina. En este entorno, el departamento de Compras tiene que empezar a cobrar un papel con menos presiones por parte de las áreas asistenciales, médicos y enfermería, así como mayor capacidad decisoria.
¿Qué perfil deberá cumplir el Comprador como líder de la función de Compras? Principal mente ser el canalizador de las necesidades hospitalarias integrando también la función logística, una función que en Sanidad está muy atrasada y donde se puede hacer y obtener importantes ahorros y eficiencias.
¿Cuáles son las claves de la gestión clínica del futuro desde el punto de vista público y privado? Es un factor muy importante a considerar el entender la diferencia entre financiador y proveedor del servicio. El que haya hospitales privados prestando el servicio a pacientes de los servicios públicos no significa privatizar la sanidad, además lo importante es gestionar bien el servicio. Asimismo. De nuevo hay que analizar cuál es el objetivo de traspasar la prestación del servicio al sector privado, si buscar eficiencia o ahorrar costes.
Supongo en ese futuro mucho tendrán que ver las nuevas tecnologías aplicadas a las nuevas fórmulas de gestión sanitaria. Los departamentos de diagnóstico tendrán muchísima influencia. Se centralizan las áreas de Diagnóstico por Imagen y los Laboratorios. Sorprendentemente no se gestiona centralizadamente la logística. Es más, a nivel hospitalario tampoco está bien gestionada, los almacenes periféricos no se gestionan informáticamente y no se controla adecuadamente el consumo. A nivel global se podrían ahorrar cientos de miles de euros con plataformas logísticas centralizadas donde los provee- dores entregarían en formatos pallets. Este tipo de gestión, que en otros  sectores económicos está superado hace años, en Sanidad no se conoce. De hecho, sólo hay una zona en la que se está poniendo en práctica, que es en Barcelona, en el Complejo Hospitalario Vall D´Hebron.
¿Qué impacto se espera en el sector sanitario? La implantación de estas nuevas tecnologías producirán importantes ahorros por la no impresión de placas; evitar la duplicidad de pruebas al estar en almacenes informáticos centralizados con acceso a todo el personal sanitario autorizado para ello; también el “parametrizar” la solicitud de pruebas diagnósticas, laboratorios, en función de la especialidad clínica evita las pruebas innecesarias; la receta electrónica permitirá personalizar la prescripción de medicamentos de una manera más racional y evitando el despilfarro de las dosis que no se consumen. En este sentido, otro hecho importante en el que se está trabajando es la Historia Clínica Informatizada y que espero que sea a nivel nacional y no caigamos en la tentación de una Historia por Comunidad.
¿Hacia dónde tendrían que apuntar las empresas del sector? Desde la perspectiva de Compras ¿cuáles son las claves en la evolución del sector? Desde un punto de vista hospitalario, estas instituciones deben seguir mejorando procesos, que son, en este sentido, y en el ámbito que nos ocupa, logísticos, así como crear centra- les de Compras informatizadas. Desde la visión proveedor, debe integrarse en la cadena de valor y ayudar a optimizar esos procesos logísticos. Una tarea común, especialmente en el sector público, es conseguir establecer una dinámica de pagos que no ahogue a los proveedores y de esta forma no limitar la capacidad de negociación de los Compradores.
Si hablamos de “innovación”, siempre surge la palabra “coste”. ¿Son siempre los costes directos la respuesta o quizás hay que cambiar la perspectiva: es la búsqueda del ahorro lo que justifica una innovación? Como le comente con anterioridad, en la logística hay mucho camino por andar, tanto como Comprador como desde el proveedor. Hay que analizar todos los procesos buscando ineficiencias y cuellos de botella.
Lo pregunto por qué si trasladáramos esa perspectiva al polémico debate sobre el gasto sanitario, ¿no cree que las innovaciones tienen un gran potencial para reducir los costes económicos del sistema ayudando a que éste sea más eficiente? Un problema que tiene la Sanidad es que un medicamento nuevo casi nunca es más barato o que nuevas tecnologías implican ahorro de costes, solo aquellas que se usan con posterioridad intensivamente, lo que implica incrementar los horarios de facultativos y personal de enfermería, de forma que aumente la productividad ahorran costes. En la sanidad privada es habitual la pregunta ¿Cuántas intervenciones hay que hacer para amortizar este arco quirúrgico? En la sanidad pública debe empezar a introducirse este debate. ¿Por qué en los hospitales públicos no se hacen TAC y RMN por la noche o en fin de semana con el personal de guardia y se compra lista de espera diagnóstica a la sanidad privada para estos procesos?
¿Es el modelo centrado en la innovación el sendero que debe seguir el hospital del siglo XXI? Siempre analizando cuál va a ser el retorno de la inversión, donde se incluye también como se reducen las estancias, la cirugía invasiva, etcétera, los responsables sanitarios deben entrar en este debate, en especial con la crisis que estamos sufriendo.
Y en ese nuevo modelo, ¿cuál es el papel que deben jugar los departamentos de Compras? Los departamentos de Compras deben cobrar mayor protagonismo siendo los catalizadores entre las áreas asistenciales y las áreas de soporte. Además, es necesario que se objetiven las necesidades de material e inversión, de forma que los pliegos técnicos sean cada vez menos “dirigidos” y se puedan hacer negociaciones mejores.
¿Cree que la innovación es un factor para evitar o minimizar el riesgo proveedor? O, por el contrario, ¿supone un riesgo en sí mismo el hecho de que un proveedor vaya por delante del mercado? La innovación es un factor que puede actuar en ambos sentidos. Creo que  los proveedores deben tener mayor visibilidad de los proyectos sanitarios, llegar a acuerdos plurianuales, cobrar cuando deben y de esta forma tener la suficiente perspectiva temporal para ver la rentabilidad y así minimizar riesgos y, por lo tanto, colaborar de una forma más comprometida en el proceso asistencial.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el Comprador para impulsar la innovación en la cadena de suministro y en su propia organización? En primer lugar, lograr que la organización le considere como elemento estratégico, en lugar de formalizador de pedidos. En segundo lugar, el Comprador debe incorporar, mediante la creación de comisiones específicas, a los responsables asistenciales para optimizar la Compra y consumo de los productos sanitarios. Y por último, introducir en la definición presupuestaria de inversiones el análisis de rentabilidad.
Supongo que la innovación no va a ser solo en productos, sino también en servicios, procesos y estructuras. Desde esta perspectiva, ¿cómo puede Compras mejorar su eficiencia? El proceso más importante que no se generalizado y que supondría una innovación es el logístico: controlar los almacenes de planta, de forma que se tenga visibilidad global de las existencias, de cómo se consume, del control de caducidades, puede generar ahorros de cientos de miles de euros a nivel global. A pesar de lo que el sector a veces cree, los almacenes de los hospitales controlan menos productos de los que puede gestionar la industria aeronáutica, automovilística e incluso aquellos que gestionan actividades diversas, centros comerciales (por ejemplo, El Corte Inglés) o parques temáticos, que gestionan simultáneamente restaurantes, tiendas, juegos, etcétera.
Hubo una época en la que el Comprador ayudaba al Proveedor a mejorar el proceso. Esto, sin embargo, parece haber desaparecido. ¿Es posible superar la desunión del proveedor y el cliente desde el punto de vista del proceso? En Sanidad hay bastantes casos de colaboración, desde los ensayos clínicos para desarrollos de fármacos, desarrollos de equipamientos con nuevas tecnologías, así como sistemas de información. El problema surge cuando el proveedor quiere amortizar rápidamente la inversión sobre todo por la inestabilidad del sector. Creo que dándose más estabilidad al sector en su globalidad esta colaboración podría volver a darse.
Y por último que le diría a esa industria farmacéutica que se queja de que “están estrangulando al proveedor” y augura un escenario con un aumento en la demanda y una fuerte presión en costes. En primer lugar, la industria farmacéutica tiene toda la razón en quejarse, pero no solo la industria farmacéutica. Toda la industria que trabaja en Sanidad tiene razón. Lo que no se produce en otros sectores se da en Sanidad, se compra pero no se paga y los retrasos alcanzan en algunas Comunidad los 700 días. Y esto no es la primera vez que ocurre, sino que es un problema endémico que se tiene que solucionar urgente y definitivamente. Es bastante desconcertante para los proveedores prestar los servicios y el servir los productos y no saber cuándo se va a cobrar. Si preguntas a los responsables financieros de estas empresas confirmaran que este es el peor escenario que puede presentarse, ya que no hay planificación que soporte esta situación.
Este es el momento en que empresas rentables y competitivas tiene que cerrar porque la Administración no paga. Los poderes públicos no tienen razón en escudarse y culparse entre ellos. Deben solucionar esto urgentemente, quizás avalando las deudas para que las empresas puedan tener liquidez. Una vez dicho esto, las farmacéuticas deben colaborar más con los facultativos, facilitando los envases más personalizados de forma que cuando se prescriba el medicamento se pueda dispensar las unidades estrictamente necesarias y no frascos y / o cajas cuando son necesarias menos unidades. Esto, además, con la tecnología actual con la receta electrónica, y un largo etcétera, debe ser relativamente simple.